Los retenes hidráulicos

también conocidos como sellos o juntas de aceite, son dispositivos utilizados en sistemas hidráulicos para evitar la fuga de líquidos, generalmente aceite, en aplicaciones donde se requiere una estanqueidad eficiente.

Estos retenes se instalan en los ejes de las máquinas o cilindros hidráulicos para evitar que el fluido escape y proteger los componentes internos del sistema. Están diseñados para resistir altas presiones, temperaturas y diferentes tipos de fluidos hidráulicos. Los retenes hidráulicos suelen constar de tres componentes principales:

Cuerpo: es la parte principal del sello y se coloca en la carcasa o alojamiento del sistema hidráulico.

Labio o labios: son la parte que entra en contacto con el eje o cilindro y evita que el fluido escape. Pueden ser de diferentes formas y tamaños dependiendo de la aplicación.

Resorte: proporciona presión contra el labio para asegurar un contacto adecuado con el eje y mantener la estanqueidad. Es importante seleccionar el reten adecuado para cada aplicación, considerando factores como el tipo de fluido, la presión, la temperatura y las condiciones ambientales. Además, los retenes hidráulicos requieren un mantenimiento regular y pueden desgastarse con el tiempo, por lo que es necesario reemplazarlos cuando presenten signos de deterioro o fugas.